Niños neurodivergentes: aceptar, respetar y celebrar la diversidad
¿Neurodivergente qué es?
Un niño neurodivergente es aquel cuyo cerebro procesa la información, aprende y se relaciona con el mundo de forma distinta a lo que se considera “típico” o “neurotípico”. Laneurodivergencia incluye condiciones como el TDAH, el autismo, la dislexia, la alta sensibilidad o el síndrome de Tourette, entre otras.
Cuando hablamos qué es neurodivergente, no estamos señalando un déficit, ni una carencia, sino una variación natural de la neurología humana. Un cerebro neurodivergente puede mostrar formas únicas de percibir la realidad, resolver problemas o expresar emociones.
Un enfoque educativo basado en el respeto
Pedagogos como María Montessori defendían que cada niño aprende a su ritmo y que el entorno debe adaptarse al niño y no al revés. Howard Gardner, con su teoría de las inteligencias múltiples, defiende que no existe una única manera de ser inteligente. La neurodiversidad confirma estas ideas: no hay una única forma de aprender, sino infinitas.
Esto significa, en la práctica, que los niños neurodivergentes necesitan entornos que respeten sus tiempos, sus intereses y sus formas particulares de comunicarse. La aceptación va más allá de “tolerar” sus diferencias, se trata de ver esas diferencias como parte de la riqueza en la diversidad de la sociedad.
¿Y qué pasa con los llamados “neurodivergente síntomas”?
Muchas veces, las características de la neurodivergencia se interpretan como problemas: dificultad para mantener la atención, movimientos repetitivos, sensibilidad al ruido o a las texturas… Sin embargo, estos rasgos reflejan la singularidad en su forma de interactuar con el mundo. No son defectos que hay que “corregir”, sino señales que nos ayudan a entender y comprender mejor sus necesidades.
Un cambio de mirada
En lugar de preguntar “¿qué le pasa?”, podríamos empezar a preguntar “¿qué necesita?”. Esta es la base de un enfoque inclusivo y humano. Al fin y al cabo, la diversidad cerebral enriquece nuestras aulas, nuestras familias y nuestra sociedad.
Aceptar para crecer
Aceptar y respetar la neurodivergencia no debe ser un gesto aislado, debe ser un compromiso diario:
- Escuchar sin juzgar.
- Adaptar las expectativas a la realidad del niño.
- Celebrar todos sus logros, por pequeños que sean.
- Crear espacios donde pueda expresarse libremente.
Porque un niño que se siente aceptado y valorado crece con más confianza, seguridad y motivación para aprender.
En resumen: los niños neurodivergentes no necesitan encajar en un molde ya establecido; necesitan que el mundo les dé el espacio para brillar tal y como son. La neurodiversidad no es un obstáculo: es una oportunidad para construir una sociedad más empática, creativa y justa.
Debemos celebrar juntos cada forma de aprender, cada forma de sentir y cada forma de ser.